Una rozadora es una herramienta eléctrica utilizada en la construcción para realizar cortes precisos en diversas superficies. Está especialmente diseñada para facilitar la instalación y el trabajo con tuberías, cableados y conductos en muros y suelos.
La rozadora cuenta con una cuchilla o disco giratorio que permite realizar cortes en diferentes materiales como el concreto, ladrillo, azulejos o metal, entre otros. Estos cortes son necesarios para alojar las tuberías o cables de manera segura y evitar dañar la estructura de la construcción.
Con la rozadora, se pueden realizar cortes tanto rectos como curvos, lo que la convierte en una herramienta muy versátil y útil en cualquier obra. Además, gracias a su potencia y precisión, se pueden realizar trabajos rápidos y limpios, evitando el uso de métodos más laboriosos y menos precisos.
Una de las características más destacadas de la rozadora es su sistema de aspiración de polvo. Durante el corte, genera una gran cantidad de polvo y partículas, que pueden ser perjudiciales para la salud y ensuciar el entorno de trabajo. Por ello, la rozadora cuenta con una boquilla de aspiración que recoge dichas partículas y las dirige hacia un sistema de filtrado, evitando su dispersión.
Otra función importante de la rozadora es la posibilidad de regular la profundidad del corte. Esto permite realizar cortes en diferentes grosores de paredes o suelos, ajustando la herramienta según las necesidades de cada trabajo.
En resumen, una rozadora es una herramienta fundamental en la construcción, que permite realizar cortes precisos y limpios en diferentes materiales. Gracias a su potencia y versatilidad, facilita la instalación de tuberías o cables de manera segura, ahorrando tiempo y esfuerzo. Además, su sistema de aspiración de polvo mejora las condiciones de trabajo y protege la salud del operario.