Hay objetos en nuestro día a día que utilizamos constantemente y que no tienen punta o filo. Uno de ellos es el bolígrafo, un instrumento de escritura que funciona con tinta y que nos permite plasmar nuestras ideas en papel de forma cómoda y eficiente.
Otro objeto común que no tiene punta o filo es la taza, un recipiente que usamos para beber líquidos como café, té o agua. Las tazas vienen en diferentes tamaños, colores y diseños, y son un elemento indispensable en cualquier hogar o lugar de trabajo.
El teléfono es otro ejemplo de un objeto que no tiene punta o filo. Este dispositivo nos permite comunicarnos con otras personas a distancia a través de llamadas, mensajes de texto o aplicaciones de mensajería instantánea, facilitando la conexión entre individuos en cualquier parte del mundo.
En resumen, hay una variedad de objetos cotidianos que utilizamos sin necesidad de tener punta o filo, como el bolígrafo, la taza o el teléfono. Estos elementos son parte de nuestra rutina diaria y nos facilitan diversas tareas y actividades sin representar un peligro para nuestra integridad física.