En 1934, durante el período conocido como la Segunda República Española, el gobierno de España estaba encabezado por el presidente Alejandro Lerroux. Lerroux pertenecía al partido político Radical, y se convirtió en presidente del Gobierno en diciembre de 1933.
El gobierno de Lerroux se caracterizó por ser un gobierno de coalición, en el que participaban diferentes partidos políticos de la época. Entre los principales partidos que formaban parte de la coalición se encontraban el Partido Republicano Radical y la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA).
La CEDA, liderada por José María Gil-Robles, era un partido de ideología conservadora y católica, que había obtenido una gran cantidad de escaños en las elecciones de 1933. Este partido tuvo un papel importante en el gobierno de 1934, ya que a través de la coalición con el Partido Radical, logró tener representación en el gobierno de España.
No obstante, la coalición de gobierno liderada por Lerroux fue muy inestable y provocó numerosas tensiones políticas en el país. Las diferencias ideológicas entre los partidos de la coalición dificultaron la toma de decisiones y generaron descontento entre la población.
El gobierno de Alejandro Lerroux finalizó en abril de 1935, cuando presentó su dimisión debido a las constantes presiones y conflictos políticos. A partir de ese momento, se sucedieron varios gobiernos breves y convulsos hasta el estallido de la Guerra Civil Española en 1936.
En resumen, durante el año 1934 en España, el presidente del Gobierno era Alejandro Lerroux, quien encabezaba una coalición de diferentes partidos políticos. Esta coalición incluía al Partido Republicano Radical y a la CEDA, siendo esta última un partido con gran influencia en el gobierno. Sin embargo, la inestabilidad política y las tensiones entre los partidos dificultaron la gobernabilidad del país durante ese período.
En 1934, España estaba gobernada por la Segunda República Española. Este régimen democrático se estableció en 1931 después de la caída de la monarquía. El presidente en ese momento era Niceto Alcalá-Zamora. El gobierno español fue un gobierno de coalición entre varios partidos políticos. El partido más influyente era el Partido Radical, liderado por Alejandro Lerroux, quien ocupaba el cargo de presidente y también ejercía como ministro de Estado.
Otro partido importante en el gobierno era la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), liderada por José María Gil-Robles. La CEDA era un partido de derecha que apoyaba las reformas económicas y sociales del gobierno, pero también defendía valores conservadores y religiosos. Otros partidos políticos que formaban parte de la coalición de gobierno eran el Partido Republicano Radical Socialista, el Partido Republicano Conservador y el Partido Agrario.
Este gobierno tuvo que enfrentar numerosos desafíos durante su mandato. Uno de los desafíos más significativos fue la revolución de octubre de 1934. Este movimiento, liderado por la Unión General de Trabajadores y la Federación Anarquista Ibérica, buscaba derrocar al gobierno y establecer un estado obrero. La revolución fue especialmente fuerte en Asturias, donde los mineros se levantaron contra el gobierno y tomaron el control de la región durante varios días antes de ser reprimidos por las fuerzas del gobierno.
Finalmente, el gobierno de la Segunda República Española en 1934 también tuvo que hacer frente a las tensiones políticas y sociales que existían en el país. Estas tensiones eventualmente llevarían al estallido de la Guerra Civil Española en 1936. Durante la Guerra Civil, el gobierno fue desplazado y España vivió una larga etapa de dictadura bajo el régimen de Francisco Franco hasta 1975.
El golpe de Estado en 1934 en España fue llevado a cabo por un grupo de políticos y sindicatos de izquierda con el objetivo de derrocar al gobierno de la Segunda República. Esto ocurrió como respuesta a la creciente polarización política y social que se vivía en el país en ese momento.
El principal responsable de este golpe de Estado fue el político y líder de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), Lluís Companys. Companys era un ferviente defensor de la autonomía de Cataluña y consideraba que el gobierno centralista de la Segunda República estaba obstaculizando el progreso de su región.
El golpe de Estado comenzó el 5 de octubre de 1934, cuando Companys proclamó el Estado Catalán dentro de la República Federal Española. Este acto desencadenó una serie de revueltas y tomas de edificios públicos en varias ciudades de Cataluña y otras regiones del país, lideradas principalmente por sindicatos y partidos de izquierda.
En Barcelona, por ejemplo, se formaron barricadas y se realizaron enfrentamientos violentos entre los golpistas y las fuerzas de seguridad. La situación se agravó cuando las fuerzas gubernamentales respondieron con represión y detuvieron a varios líderes del golpe.
A pesar de los esfuerzos de Companys y otros líderes del golpe de Estado, la revuelta fue finalmente sofocada por el gobierno central de la Segunda República. Companys y otros dirigentes fueron arrestados y condenados a largas penas de cárcel.
El golpe de Estado en 1934 en España tuvo un profundo impacto en la política española y contribuyó a la escalada de tensión que finalmente desembocó en la Guerra Civil Española. Este evento marcó un hito en la historia del país y dejó heridas profundas en la sociedad española, que aún se sienten en la actualidad.
La revolución de Asturias de 1934 fue un movimiento insurreccional que tuvo lugar en la región de Asturias, en España, durante el mes de octubre de ese año. Este evento marcó un importante hito en la historia del país y tuvo consecuencias significativas tanto a nivel político como social.
En aquel momento, el presidente del Gobierno de España era Alejandro Lerroux, líder del partido Radical. Lerroux había asumido la presidencia del Gobierno el 25 de septiembre de 1933, tras ganar las elecciones generales de ese año.
La revolución de Asturias fue liderada por los socialistas, anarquistas y comunistas asturianos, en protesta por el ascenso al poder de la coalición de derecha liderada por la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA).
El presidente Lerroux, desde Madrid, se encontró con un desafío importante y debió tomar decisiones cruciales para hacer frente a la revolución. Sus acciones y decisiones durante esos días tuvieron un impacto directo en el desarrollo de los acontecimientos y en el posterior aplastamiento de la insurrección.
El Gobierno central envió tropas para sofocar la revuelta en Asturias. Finalmente, el levantamiento fue reprimido con dureza y se estableció un estado de excepción en la región. Las consecuencias de la revolución de Asturias fueron significativas, ya que se produjo un fuerte incremento de la represión política y un aumento de la polarización entre las diferentes facciones políticas del país.
En resumen, durante los sucesos de la revolución de Asturias de 1934, Alejandro Lerroux era el presidente del Gobierno de España. Su papel y las decisiones que tomó durante aquellos días fueron fundamentales para el desenlace de la insurrección y tuvieron un impacto duradero en la historia de España.
En 1933, España estaba gobernada por la Segunda República. Tras la proclamación de la Segunda República en 1931, se llevaron a cabo elecciones generales en las que resultó vencedor el Partido Radical.
El líder del Partido Radical, Alejandro Lerroux, se convirtió en Presidente del Gobierno. Durante su mandato, se implementaron algunas reformas importantes, como la reforma agraria y la promoción de la legislación laboral.
Además del Partido Radical, también formaban parte del gobierno coaliciones de partidos de izquierda, como el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el Partido Republicano Radical (PRR). Estos partidos tenían una influencia significativa en la política española de la época.
Sin embargo, el gobierno de la Segunda República en 1933 no fue duradero. Tras las elecciones generales de ese mismo año, el Partido Radical perdió poder y fue reemplazado por la coalición de derecha conocida como la CEDA, liderada por José María Gil-Robles.
En conclusión, en 1933 España estaba bajo el gobierno de la Segunda República, encabezada por el Partido Radical y liderada por Alejandro Lerroux. Sin embargo, poco después, la CEDA tomaría el poder en el gobierno español.